“Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.” Lc. 6,36.
El tiempo de cuaresma nos invita a ser compasivos con los que sufren, aun hoy, la pasión de Cristo en su propia carne, azotados por la enfermedad y muchas veces por el abandono, viviendo en la soledad.
En Bolivia, la salud hace parte del descaso de las autoridades, dejando así muchos alejados de los recursos y del derecho a la atención hospitalaria. Ante esta realidad, las hermanas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, al escuchar el clamor de estos hermanos y hermanas, con corazón compasivo, aprendido del Sagrado Corazón de Jesús, dedican su tiempo para sanar las heridas físicas, tocándolas como Jesús, que al tocar los enfermos los sanaba con la fuerza de la oración y compasión. Aparte del cuidado do físico-humano-espiritual, frente a la pobreza material, ayudamos algunas familias con ropa, alimentos y otras necesidades.
Grande es el desafío de nuestra presencia en la formación de los jóvenes, especialmente en las escuelas fiscales y los jóvenes del campo. Respondiendo a este desafío, la parroquia constituyó un equipo que se encargará de proponer a los jóvenes momentos de formación y acompañamiento del proyecto de vida, de forma personal y grupal.
Hermana Eugenia Krinski- Hscj participa del equipo de forma activa, bien como dedica parte de su tiempo en la escucha.
Infancia misionera también ocupa el corazón de las hijas del Sagrado Corazón de Jesús, en Bolivia, especialmente en las comunidades del campo. Formando pequeños misioneros y misioneras.